Con las navidades a las puertas, muchos de nosotros empezamos a pensar en el tipo de regalos que queremos hacer a nuestros seres queridos, o incluso en el tipo de capricho que queremos darnos.
Debemos tener en cuenta muchos aspectos antes de comprar los, para mí mal llamados dispositivos inteligentes o dispositivos que se pueden conectar a internet, ya que entrañan riesgos para la seguridad y privacidad si no se usan adecuadamente.
No hablamos de los dispositivos habituales como smartphones, tablets y ordenadores, sino de diferentes dispositivos que utilizamos a diario y que se están empezando a diseñar con acceso a Internet para que puedan ampliar sus funciones y facilitarnos su uso.
Según Wikipedia, el internet de las cosas es un concepto que se refiere a la interconexión digital de objetos cotidianos con internet; está en auge y cada día contamos con más dispositivos que se puedan conectar a la red.
Cada día más cosas se conectan a Internet, se calcula que para el 2020 habrá más de cincuenta billones, con b, de aparatos conectados.
Todos estos aparatos pueden ser de gran ayuda en nuestro día a día, pero su adquisición y uso debe ir acompañado de unas pautas de seguridad muy estrictas ya que todo lo que está conectado a Internet es susceptible de ser atacado.
Por ello, si compramos estos dispositivos, debemos preguntar cómo protegerlos para impedir que cualquiera pueda acceder a ellos.
Regalos Inteligentes en el ámbito doméstico
Existen ya modelos que podemos controlar a través de nuestro móvil.
¿Se te ha olvidado poner la lavadora? No te preocupes, con un sencillo click podrás encenderla desde el trabajo, para que acabe justo cuando llegas a casa.
¿No sabes qué tienes en el frigorífico? Ahora podrás ver su interior en tu móvil si tienes un modelo inteligente. Esto que, a priori, parece algo del futuro es hoy una realidad. En el mercado existen distintos modelos de electrodomésticos inteligentes, que podemos controlar con una app.
Cada vez es más habitual encontrar bombillas, lámparas e interruptores inteligentes que se conectan a Internet para que podamos encenderlas, apagarlas o graduar su intensidad desde nuestros teléfonos o tablets.
También tenemos disponibles termostatos u hornos inteligentes, calefacciones que podemos encender, apagar o regular la temperatura y controlar a distancia, o persianas que podemos subir y bajar simplemente pulsando un botón en nuestro smartphone.
Ya podemos instalar cerraduras inteligentes en casa para abrir y cerrar puertas desde nuestros smartphones o para controlar cuantas veces se han abierto en un periodo de tiempo o si por el contrario no se han utilizado.
Disponemos de sistemas de seguridad que además de cámaras conectadas a Internet, incluyen sensores de movimiento, temperatura, sonido, calidad del aire y vibraciones.
Estos sistemas, (Canary es un ejemplo) a través de patrones de aprendizaje, van aprendiendo a determinar qué constituye una actividad normal en casa cuando hay gente y cuando no hay gente y según los fabricantes reducen las falsas alarmas.
Y para acabar, algo que a muchos de mi generación nos parece “el futuro”, cuando realmente ya está aquí; “Sen.se Mother” es una suite, un paquete, que incluye a la “madre” (Mother, la base) y las “galletas”, que son sensores inalámbricos que podemos fijar o pegar en diferentes objetos o personas y programarlos para que analicen sus movimientos, temperatura y posición.
Estos sensores que funcionan con baterías y cuyo tamaño es muy pequeño, se pueden añadir a cualquier cosa desde la puerta principal para saber cuándo entra alguien, a los cepillos de dientes de los niños para asegurarnos de que se cepillan los dientes todos los días.
Regalos Inteligentes en prendas de vestir y a los accesorios
El internet de las cosas también ha llegado a las prendas de vestir y a los accesorios; los expertos creen que, en pocos años, la ropa inteligente funcionará incluso como una herramienta para prevenir y detectar enfermedades.
Desde que Gore Tex revolucionara en los 90 el mercado de las prendas de montaña ha llovido bastante.
La necesidad de usar ropa siempre ha estado ligada, de uno u otro modo, a la necesidad de innovar en su uso. La diferencia hoy es que la innovación ya no solo viene de la moda, sino la tecnología.
La ropa inteligente es una parte fundamental y en pleno desarrollo de Wearable Technology. Son prendas, aparentemente normales, pero que llevarán integradas en el tejido funciones muy útiles para nuestra vida o trabajo. Como por ejemplo conectar mediante bluetooth nuestros movimientos a un dispositivo móvil, medir nuestro ritmo cardiaco, calorías quemadas o el nivel de dióxido de carbono en el aire. Estas y muchas más opciones son las que nos ofrecen este tipo de indumentaria.
Regalos Inteligentes en la Salud
Otro sector al que ha llegado con mucha fuerza es, el de la salud; Medidores de constantes vitales, entrenadores personales, aplicaciones médicas que informan de nuestros historiales, programadores para la toma de medicaciones, e incluso dispositivos como cepillos de dientes….
La pregunta que está surgiendo ahora es si será necesaria una regulación específica para ellos o basta con las ya existentes ya que poner sensores y transmisores en un objeto cotidiano es relativamente sencillo.
La complicación aparece cuando estos dispositivos tienen que interactuar íntimamente con las personas, modificando e influyendo potencialmente en su salud, recomendándoles tratamientos o incluso controlando su tensión, respiración, pulsaciones, etc.
Considero que al añadir conectividad a los objetos usados en aplicaciones de salud, los convierte en un nuevo tipo de dispositivo que necesita una regulación específica, de lo contrario se correría el riesgo de que comenzasen a aflorar cientos de productos al mercado sin ningún tipo de control, que jugarían con la salud pública.
Regalos Inteligentes en Juguetes
Y por último no podía dejar de hablar de los juguetes que se conectan a internet; hace unos meses la OCU advirtió de «graves» fallos de seguridad en cuanto a la privacidad en algunos de estos juguetes, en concreto se nombraban a la muñeca «Cayla» y el robot «i-Que», que se pueden comprar a través de la red y el primero de ellos también en jugueterías.
La OCU se basaba en un estudio realizado por el Consejo de Consumidores Noruego (Forbrukerradet) que detectó «preocupantes fallos en torno a la seguridad y la privacidad de los menores a los que estos juguetes están dirigidos».
Según esta organización, el estudio ha comprobado que con pasos simples, cualquiera puede tomar el control de los juguetes, que pueden hablar y grabar conversaciones; esto hace posible hablar y escuchar a través del juguete sin tener acceso físico al mismo.
Además, se ha podido comprobar, que cualquier cosa que el niño le diga a la muñeca se transfiere a la compañía estadounidense Nuance Communications, especializada en tecnologías de reconocimiento de voz, reservándose esta empresa el derecho de utilizar esta información con terceros y para una amplia variedad de propósitos.
También, se ha constatado que estos juguetes vienen programados con determinadas frases en las que se publicitan diferentes productos comerciales. Por ejemplo, la muñeca comenta lo mucho que le gustan las películas de determinados estudios norteamericanos de producción de dibujos animados con los que el proveedor de la aplicación tiene una relación comercial.
En el análisis de los términos y condiciones que debe aceptar el usuario se han encontrado cláusulas ilegales como la obligación de aceptar que los términos se cambien sin previo aviso, que los datos personales puedan utilizarse para publicidad específica y que dicha información pueda ser compartida con terceros no identificados.
Todo ello constituye, «una violación de la normativa europea en materia de protección de datos y de protección de los consumidores y plantea serias dudas en torno a la seguridad de estos juguetes».
Por último, la OCU ha pedido a las autoridades españoles que investiguen los hechos denunciados y tomen todas aquellas medidas que sean necesarias para la salvaguarda de la seguridad y privacidad de los menores.
Si nos decidimos por comprar un dispositivo inteligente, debemos aplicarle las medidas de seguridad correspondientes para que nadie pueda controlarlo de manera remota, por ejemplo, sin nuestro permiso.
Eso significa, entre otras cosas,
- preocuparnos de que siempre esté actualizado,
- que cuente con una contraseña fuerte, y
- hablar con los fabricantes para ver la opción de cifrar la información que transmite.
Se ha comprobado que ciberdelincuentes podrían acceder a estos positivos conectados a Internet, y además de obtener todos los datos que hemos ido generando para venderlos o usarlos en nuestra contra, podrían controlarlos a su antojo o incluso secuestrarlos.
Por ejemplo, podrían controlar el termostato de casa, subir la temperatura de forma exagerada y pedir un rescate para devolvernos el control, o podrían acceder a casa cuando no estemos gracias al control de las cerraduras inteligentes.
Antes de comprar estos productos, se recomienda consultar la política de privacidad de los fabricantes para saber que hacen con la información recopilada, y si la pueden consultar o vender, ya que los datos deportivos y los relacionados con la salud están muy cotizados.
Por ejemplo, muchas aseguradoras los codician para poder realizar seguros personalizados o rechazar clientes en función de la información que tienen sobre el estado de su salud.
Como siempre, ante todo lo que está conectado a Internet, prudencia, porque lo que está conectado a Internet está conectado a todo el mundo y la conexión es en ambas direcciones.