La tecnología ha revolucionado la forma en la que vivimos, adentrándose incluso en nuestros hogares y transformándolos en espacios inteligentes con los que poder interactuar.

La última revolución, y posiblemente la tecnología más popular dentro del ámbito doméstico ha sido la aparición de asistentes virtuales como Alexa o Google Assistant. Estos asistentes te permiten a través de comandos de voz poner música, controlar la luz de tu casa, conocer la temperatura de una habitación o ser avisado de que la puerta delantera de tu casa ha sido abierta.

Si bien la finalidad principal de estos sistemas es la de automatizar la realización de tareas, y atender a las necesidades de los usuarios, facilitándoles los quehaceres domésticos, estas tecnologías también pueden entrañar un riesgo para la seguridad y privacidad de las personas que habitan ese hogar.

¿Cómo afectan los asistentes virtuales a mi privacidad y seguridad?

Recopilación de datos: Para que estos sistemas comprendan y respondan correctamente a las solicitudes que realizan los usuarios, se emplean softwares y tecnologías de aprendizaje automático, reconocimiento de voz, o de procesamiento del lenguaje natural, entre otros. Por lo tanto, para que los asistentes realicen las tareas solicitadas, deben recopilar los datos que dimanan de las interacciones con los usuarios. Entré los datos que suelen almacenar, se encuentran: datos de voz, los datos de texto, información del dispositivo que se está empleando, datos de ubicación, historial de interacciones y preferencias del usuario. Estos datos están repletos de información que consideramos sensible y personal.
Las políticas de retención de datos: Muchas de las políticas de privacidad de estos sistemas inteligentes permiten que los fabricantes almacenen y traten los datos personales de los usuarios. O bien retienen fragmentos de las interacciones usuario-asistente, o bien permiten grabar las conversaciones que mantienen mientas el dispositivo está conectado.

La finalidad principal es la de mejorar el funcionamiento de estos sistemas, por ejemplo, para precisar cuándo se está dando una orden. No obstante, es cierto que también es posible que la política de retención de datos incluya otras finalidades, como ofrecerte un servicio más personalizado o compartir dicha información con servidores de terceros (usualmente con fines comerciales).

Privacidad en las conversaciones: Unido a los dos puntos anteriores, el hecho de que estos asistentes ‘escuchen’ o almacenen datos, puede suponer una injerencia en una serie de derechos como el de la intimidad o el secreto de las comunicaciones. Ejemplo de ello es que estos asistentes se usan en muchas ocasiones para enviar y recibir mensajes y/o llamadas.
Seguridad de la información personal: Teniendo en cuenta por un lado que estos asistentes cuentan con micrófonos y cámaras, y por el otro la cantidad de datos personales y sensibles que estos almacenan (como hábitos, localización del usuario o contraseñas de seguridad), existe el riesgo de que terceros no autorizado intenten accedan a estos sistemas, poniendo en peligro la seguridad nuestro hogar, y nuestra privacidad.

Si bien los asistentes virtuales ofrecen una serie de ventajas, es importante que su uso esté en equilibrio con la salvaguarda de la privacidad y seguridad de sus usuarios. Para lograr dicho balance y evitar así posibles intromisiones ilegítimas en los derechos de los usuarios, es recomendable

Revisar las políticas de privacidad y seguridad antes de comprar o emplear un asistente virtual.
Es obligación de las empresas que ofrecen estos servicios, informar sobre los datos que van a compilar, por quién y su finalidad. (Art 5 y considerando 39 RGPD). De este modo, se clarificará cómo funcionan los asistentes, qué permisos tienen, cómo y qué información recopilan.
Revisar y ajustar las configuraciones de privacidad del asistente de voz. Muchos de estos sistemas permiten configuran los asistentes, desactivando funciones de escucha o almacenamiento cuando el dispositivo no esté siendo empleado, lo cual evita la recopilación de datos o grabaciones de conversaciones.
Eliminar las grabaciones, datos almacenados e historiales de datos (si el asistente ofrece esa opción).
Mantener los softwares de seguridad actualizados y monitorizar las cuentas vinculadas a los asistentes.