La privacidad en el entorno del trabajo remoto.

En la era post-COVID, el trabajo remoto se ha convertido en un componente integral de la dinámica empresarial. La necesidad de adaptarse a las restricciones impuestas y mantener la continuidad operativa impulsó a las empresas a adoptar modelos de trabajo a distancia. Esta transición ha transformado la dinámica laboral de las empresas, ofreciendo flexibilidad y eficiencia.

Asimismo, el teletrabajo ha permitido a los empleados realizar sus funciones desde cualquier ubicación, redefiniendo la noción tradicional del ‘espacio de trabajo’. Sin embargo, junto a estos beneficios, este cambio ha planteado nuevos retos en términos de gestión de datos y salvaguarda del derecho a la privacidad de sus empleados.

En vista de que el entorno laboral cada vez está más orientado al trabajo remoto, las empresas deben implementar estrategias sólidas para gestionar y proteger los datos de sus empleados. Para ello, es recomendable que:

  1. Las empresas definan una política de protección de la información: Establecer políticas específicas para situaciones de teletrabajo, es esencial para abordar los riesgos asociados con la protección de datos. En la modalidad de trabajo remoto, donde los empleados acceden a materiales y recursos desde espacios que no están bajo el control corporativo, se deben definir políticas que aborden aspectos clave como uso seguro de equipos, formas de acceso, o métodos de almacenamiento.
  2. Se restrinja el acceso a la información: Las empresas deben establecer controles de acceso para que sólo el personal autorizado tenga acceso a la información relevante. Adicionalmente, es necesario examinar los permisos y niveles de acceso que se otorgan a los equipos y herramientas informáticas que se emplean para teletrabajar. Esto reviste especial importancia si los equipos que se emplean para teletrabajar pertenecen al trabajador, pues puede haber una intromisión en sus datos personales. Por lo tanto, es realmente necesario que los permisos sean más restrictivos y se conozca quién, cuándo y cómo accede alguien a dicho recurso.
  3. Se configuren periódicamente los equipos utilizados: Es importante supervisar los dispositivos empleados en el teletrabajo. En este sentido, es necesario tomar medidas como desactivar servicios que no sean necesarios para la empresa, establecer privilegios mínimos como configuración predeterminada o instalar antivirus, cortafuegos o softwares que faciliten el cifrado de datos.
  4. Se monitoricen los accesos realizados a la red corporativa: Implementar herramientas de monitoreo para supervisar únicamente las actividades relacionadas con los datos del empleador, o para detectar cualquier actividad inusual, de este modo se pueden prevenir los accesos no autorizados, así como infecciones por malware, posibles brechas de seguridad, o ciberataques que amenacen los datos de la empresa, sus empleados y clientes.
  5. Se formen a los trabajadores en seguridad informática: Si bien los empleados deben adaptarse a esta nueva modalidad de trabajo, es indispensable que la empresa les proporcione una formación adecuada sobre cómo cumplir con la normativa y las políticas de protección de datos. De este modo los trabajadores conocerán los riesgos del teletrabajo, así como las medidas de seguridad que deben implementar. Así mismo deben conocer cómo acceder a estos equipos y a quién reportar o contactar en caso de que se produzca una filtración o violación de la seguridad.

En resumen, en el teletrabajo, la privacidad de los empleados debe ser considerada una prioridad. Políticas claras, cumplimiento de la normativa en materia de protección de datos, formación en seguridad y otras medidas proactivas son indispensables para proteger sus datos, y crear un entorno laboral remoto seguro y confiable.

 

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