El confinamiento vivido, ha hecho que miles y miles de familias se hayan encontrado aisladas en sus domicilios con niños y adolescentes con los que hacer “encaje de bolillos” para vivir el día a día. Ayudar con las tareas escolares, dotarles de ratos de ocio y juego, seguir educándoles y dándoles amor y, todo ello, sin que se vea afectada lo más mínimo su salud mental.
Hemos descubierto plataformas que ofrecen contenidos en abierto, aplicaciones para hacer zumba, aerobic o gimnasia rítmica, canales de cocina, de manualidades, de pintura, YouTube, Instagram, un ratito para desconectar con el FIFA o para hablar con los amigos del cole en Fortnite…
Durante los meses que ha durado el confinamiento son muchos los expertos que coinciden en que muchos de nosotros no hemos sabido encontrar el equilibrio necesario entre el uso de pantallas y el abuso; ha aumentado la adicción que muchos tenían a las pantallas, algunas han desarrollado nuevas adicciones y la inmensa mayoría ha realizado un uso excesivo.
Según recoge la Academia Americana de Pediatría en su última actualización del informe sobre el uso de tecnologías, padres e hijos han de promover hábitos saludables de consumo mediático, personalizando un plan de consumo en familias. La recomendación es de crear un Plan de uso mediático, personalizado para cada familia, siempre teniendo como base:
- 0 – 2 años: Nada de pantallas
- 2 – 5 años: Entre media y una hora al día
- 7 – 12 años: una hora con un adulto delante. Nunca en horas de comidas
- 12 – 15 años: Una hora y media. Mucho cuidado con las redes sociales
- + de 16 años: Dos horas. Los dormitorios no deben tener pantallas
Lo más importante es que las pantallas no interfieran en la vida normal de los niños, el tiempo en familia, el ejercicio o las horas de sueño.
Llega el tiempo de volver a realizar un uso más consciente y reducido de las pantallas y para ello vamos a hacer las siguientes recomendaciones:
- Es necesario llevar un control horario… y si se supera, ir reduciéndolo. Para no estar haciendo de policía con nuestros menores, hoy en día existen aplicaciones que nos ayudan, muestran estadísticas…e incluso hacen que se apague el dispositivo en remoto.
- Salir a pasear o a la playa sin el móvil, disfrutando de nuestro entorno… es posible, conozco a personas que lo han hecho y no les ha pasado nada.
- Intentar “crear momentos” en las casas en los que no usemos pantallas y aprovechemos para entablar conversaciones y fortalecer lazos familiares o de convivencia.
- No dormir con el teléfono en el cuarto. Se recomienda tener un despertador normal y dejar el teléfono en la sala o en otro lugar.
- Intentar desactivar las notificaciones de algunas apps. Las apps están diseñadas para animarnos a usarlas cada vez más, sobre todo las redes sociales. Una de las técnicas que emplean son las notificaciones: nos avisan cuando alguien nos ha enviado un mensaje, ha comentado algo, cuando se ha publicado algo… para que entremos en la red social y sigamos viendo publicidad y generando datos de uso. Podemos seleccionar una red social o app de mensajería a través de la que más nos comuniquemos y desactivar las notificaciones en las demás.
- Se recomienda no utilizar las pantallas una hora antes de ir a dormir.
- Sobre todo, en familias que tengan niños o adolescentes se recomienda poner una hora, cada familia elige la suya, y a partir de esa hora dejar los teléfonos de todos los miembros de la familia en un lugar y no volver a cogerlos hasta la mañana siguiente. Si alguien llama atenderemos la llamada, pero no utilizaremos los smartphones, tablets u ordenadores para consultar redes sociales, WhatsApp, leer noticias… También se recomienda establecer tiempos de uso a adolescentes y niños.
- El deporte también ayuda con la desintoxicación digital, andar mucho, correr, coger la bici, hacer ejercicio en casa… si hacemos deporte con otra persona, puede servirnos para motivarnos mutuamente.