Las nuevas tecnologías y las comunicaciones están desempeñado un papel clave durante la pandemia de COVID, haciendo posible el trabajo desde casa, la formación, el cuidado de la salud, la comunicación social, el entretenimiento… Y también han dado un fuerte impulso al comercio electrónico, al permanecer cerrados al público algunos establecimientos o estar más limitados de lo habitual en sus aforos. En junio de 2020, las ventas del comercio minorista por este canal fueron un 71,2% superiores.
Como podemos apreciar, estamos antes una revolución del comercio con una tendencia creciente. Leyendo varios informes del Instituto Nacional de Estadística se concluye que aún preferimos salir a comprar, que un 46,9% de la población entre 16 y 74 años compraron online en los últimos 3 meses (48,0% de hombres frente a 45,8% de mujeres). Por grupos de edad, la mayor proporción se registra entre los 25 y 34 años (67,2%) y la menor, entre los 65 y 74 años (13,5%). Que cuanto más grande es el municipio, hay más compradores online. Y lo mismo sucede con el nivel de estudios alcanzado y el ingreso del hogar, con porcentajes por encima del 70% entre licenciados y doctorados, y entre los hogares con ingresos mensuales netos de 2.500 euros o más.
Otro dato destacado es que pocos mayores compran online, un 3,6% de las personas de 75 y más años y el motivo principal para no comprar online, tanto en hombres como mujeres, es porque prefieren hacerlo personalmente en una tienda, porque les preocupa la privacidad o la seguridad en el pago, y por la falta de habilidad o conocimientos.
Por último, resaltar que los apartados con mayor proporción de gasto por Internet fueron Ocio y cultura (con el 28,6%), Transporte (22,9%), Restaurantes y hoteles (19,8%), Vestido y calzado (10%), Muebles y artículos para el Hogar (5,6%).
Una vez visto las estadísticas y datos relevantes, vamos a entrar en materia ya que estoy segura que muchos de los que nos seguís les ha pasado alguna vez que, al estar navegando por Internet, quizás visitando vuestra red social favorita, os habéis encontrado de repente con un anuncio de algo que os gusta a un precio muy tentador. Picada nuestra curiosidad, hemos pinchado en el enlace y acabado en una tienda online llena de gangas… Pero cuidado, es muy probable que estemos ante una estafa. En esta entrada vamos a daros varios consejos para reconocer tiendas online fraudulentas.
Y es que, todas las funcionalidades de Internet (navegación por las páginas web, publicación de weblogs y webs, correo electrónico, mensajería instantánea, foros, chats, gestiones y comercio electrónico, entornos para el ocio…) pueden comportar algún riesgo, al igual que ocurre en las actividades que realizamos en el «mundo físico».
En el caso de Internet, destacamos los siguientes riesgos:
- Relacionados con la información.
- Acceso a información poco fiable y falsa.
- Dispersión, pérdida de tiempo.
- Acceso de los niños a información inapropiada y nociva para su edad.
- Acceso a información peligrosa, inmoral, ilícita (pornografía infantil, violencia, racismo, terrorismo…)
- Relacionados con la comunicación.
- Bloqueo del buzón de correo.
- Recepción de “mensajes basura”.
- Recepción de mensajes ofensivos.
- Pérdida de intimidad.
- Acciones ilegales: difundir datos de terceras personas, plagiar, amenazar, …
- Malas compañías.
- Relacionados con las actividades económicas.
- Estafas.
- Compras inducidas por publicidad abusiva.
- Compras por menores sin autorización paterna.
- Robos.
- Actuaciones delictivas por violación de la propiedad intelectual.
- Realización de negocios ilegales.
- Gastos telefónicos desorbitados.
- Relacionados con las adicciones.
- Adicción a buscar información.
- Adicción a frecuentar las Redes Sociales.
- Juego compulsivo.
- Compras compulsivas.
Nos vamos a centrar en los riesgos relacionados con las actividades económicas y es que muchos hemos aprendido a detectar estafas de Phishing en nuestros correos electrónicos e incluso desconfiamos cuando vemos anuncios demasiado buenos para ser verdad, pero eso no nos libra de que alguna vez nos la cuelen, sobre todo si llevados por las ganas de conseguir ese artículo que tanto hemos esperado a que bajara de precio, de repente nos aparece con un precio mucho más bajo. O cuando la estafa está algo más cuidada y nos cuesta un poco distinguir la copia de lo real.
Por ello, a la hora de hacer compras online y sabiendo que hay muchas páginas seguras en las que podemos confiar, lo mejor es ser precavidos y aprender a identificar páginas y tiendas falsas. Lo cierto es que no es tarea complicada y hay muchas pistas que nos avisan de que una página no es de fiar y que lo mejor es que la abandonemos cuanto antes.
Lo primero, busca el candado
Sin duda, una de las primeras cosas que debéis aseguraros es que la página en la que estáis o en la que os solicitan introducir vuestros datos, dispone de un certificado digital, es decir, que la página ha pasado de HTTP A HTTPS. La mejor forma de reconocerlo es buscar el icono del candado que aparece al comienzo de la barra de navegación y que si pulsáis en él, os suministrará alguna información (conexión segura, número de cookies en uso, certificado digital…).
Que la web posea certificado digital nos asegura que la navegación a través de ella y toda la comunicación entre la misma y nuestro equipo viaja cifrada; si no lo estuviera, querría decir que todos los datos que le estamos suministrando quedan “a la vista” para los dueños de la web y cualquier hacker que quiera capturarlos.
Así que lo primero que debes hacer es buscar ese candado.
Diseño de la tienda
Aunque hoy en día muchas tiendas fraudulentas cuidan su diseño, podemos encontrar pistas para detectar que estamos en una tienda falsa.
- Una de las primeras pistas podéis tenerla en la homogeneidad de la página, que muchas veces nos ofrece diferentes tipos de letras, mezcla de artículos y secciones, por ejemplo, o en los textos; muchas de estas páginas son de origen extranjero y nos muestran textos raros, resultado de malas traducciones. Además, las descripciones de los artículos suelen ser escasas y poco detalladas.
- Buscar las secciones habituales. Las páginas legales cuentan con secciones detalladas como Quiénes somos, Aviso legal, Política de privacidad, Contacto, etc. Una tienda fraudulenta podrá tener estas secciones también, pero estarán incompletas y mal redactadas
- Finalmente, echar un ojo a su dirección de contacto. Cuando una web es legítima, su dirección de correo electrónico coincide con su dirección de dominio web, por ejemplo, si estamos en www.tiendaejemplo.es, su correo será contacto@tiendaejemplo.es. Así que desconfiar de dirección como contacto_tiendaejemplo@gmail.com o direcciones más raras.
- Menos habitual ya, pero aún ocurre, la calidad de las imágenes suele ser baja, de hecho, si veis una tienda online con imágenes pixeladas o distorsionadas de los productos que venden, casi seguro que estáis ante una tienda falsa.
Tipo de pago permitidos
Atentos a los métodos de pago, porque normalmente, las tiendas online fraudulentas nos ofrecerán muchos tipos de pagos, incluso mostrarán todos los logos que asociamos con esto, pero a la hora de la verdad, solo nos permitirán realizar el pago bien mediante un solo método.
Bien a través de un depósito de dinero a través de empresas como Wester Union o Ukash (por citar unos ejemplos), que dificultará o hará prácticamente imposible recuperar nuestro dinero en caso de estafa o fraude.
O bien a través de nuestra tarjeta de crédito o débito, facilitando todos los datos asociados a las mismas, en una página web que carece de certificado digital y por tanto de seguridad alguna, dejando nuestros datos bancarios al alcance de la mano de estafadores y ciberdelincuentes (lo vamos a repetir: busca el candado o las siglas HTTPS en la barra de tu navegador).
Comprueba la información legal
Este es otro punto importante que debemos vigilar; las empresas que operan en España deben cumplir toda una serie de requisitos legales recogidos en diferentes leyes, que obligan a aportar cierta información en la página web, así como cumplir con una serie de requisitos regulados. Así que debemos buscar y asegurarnos de que los siguientes apartados están redactados y detallados correctamente:
- Titular de la web.
- NIF/CIF.
- Domicilio social.
- Email.
- Datos registrales de la empresa
- Condiciones de venta, devoluciones, reclamaciones.
- Propiedad intelectual de uso de cookies.
Puede que las tiendas online fraudulentas cuenten con estos apartados, pero normalmente serán deficientes, estarán mal redactados o incluso serán plagios de páginas legales.
Por último, si tenemos una mínima sospecha de un sitio Web donde vamos a compra algo, será muy recomendable que visitemos Fakeinet.com. Es una página donde podemos revisar todas las direcciones de tiendas online que se han confirmado como falsas
En su apartado Estafa, vemos, a modo de lista, las capturas de pantalla de las páginas identificadas como falsas. Si hacemos clic en cualquiera de ellas, encontraremos los detalles de la página o tienda y de las razones por las que la clasifican como insegura.
La lista se va actualizando a tiempo real, incorporándose varias cada día. Son los propios usuarios de la Red, a través de las redes sociales los que les informan. Tras analizarla, los técnicos de la página la catalogan como insegura y la publican en su Web.
Podemos informar de una página falsa que nos haya estafado a través de su formulario